Niñas y niños con síntomas depresivos
1 de cada 3 niñas y 1 de cada 10 niños, entre 7º básico y 3º medio, presentan síntomas depresivos
La salud mental se define como un estado de bienestar en el que las personas pueden enfrentar el estrés, desarrollar habilidades, aprender, trabajar de manera eficaz y contribuir positivamente a su comunidad. La depresión, por otro lado, es un trastorno del estado de ánimo caracterizado por una pérdida notable de interés o placer en las actividades y un estado de ánimo bajo, que persiste durante un período prolongado[1][2]. Los factores que contribuyen a la depresión durante la adolescencia son diversos y generalmente se deben a una combinación de elementos genéticos, psicológicos, sociales y ambientales. En el ámbito social, problemas familiares, la falta de apoyo y experiencias adversas en la infancia, como el abuso o la negligencia, aumentan el riesgo de desarrollar trastornos del ánimo depresivos. Los eventos estresantes, como la pérdida de un ser querido, problemas económicos o no contar con el apoyo adecuado, también pueden desencadenar estos trastornos.
Para estimar la presencia de posibles síntomas depresivos se utiliza la escala de Depresión Infantil de Birleson (EDIB), un instrumento de autoreporte con 18 ítems, que evalúa la sintomatología depresiva de la semana anterior. La Encuesta Nacional de Polivictimización de Niños, Niñas y Adolescentes aplicó esta escala en 2017 y 2023 sobre estudiantes de 7º básico y 3º medio. A continuación, se presenta una medición de los síntomas depresivos para ofrecer una visión general del estado de salud mental de los adolescentes de 7º básico y 3º medio en Chile.
Conclusión
A partir de los datos, se puede concluir que la salud mental de niñas y niños presenta un deterioro importante entre 2017 y 2023. Los síntomas depresivos aumentaron en todos los grupos, pero algunos se encuentran en una peor situación. Entre las niñas, las niñas y los niños con alguna discapacidad y las y los estudiantes que asisten a colegios públicos y subvencionados hay una mayor prevalencia de síntomas depresivos. Es crucial avanzar en el cierre de estas brechas y también en la implementación de medidas preventivas que puedan abordar de manera temprana los posibles problemas de salud mental en la niñez. Estas medidas deben ser intervenciones complejas que involucren a la familia, la escuela, los entornos y también las normas y valores culturales. Es urgente tomar acciones efectivas para mejorar la salud mental en la niñez y adolescencia y evitar que esta crisis continúe agravándose.
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Sobre los datos
El índice de sintomatología depresiva se obtiene a través de la escala de Depresión Infantil de Birleson (EDIB), un instrumento de autoreporte con 18 ítems, que evalúa la sintomatología depresiva de la semana pasada. El puntaje total varía de 0 a 36, donde los números más altos indican mayor frecuencia de síntoma. Este instrumento ha sido adaptado para su uso en niños y adolescentes en Chile, con alta confiabilidad.
Se considera presencia de sintomatología depresiva cuando niñas y niños presentan un puntaje de 19 o más en la escala de Detección de la depresión infantil de Birleson (EDIB).
La fuente de datos es la Encuesta Nacional de Polivictimización en Niños, Niñas y Adolescentes de la Subsecretaría de Prevención del Delito del Ministerio del Interior y Seguridad Pública. Esta encuesta aplicó la escala EDIB en 2017 y 2023 a una muestra representativa a nivel nacional y regional.
Referencias
[1] OMS (2022a) Depresión. Disponible en: https://www.who.int/es/health-topics/depression#tab=tab_1
[2] OMS (2022b) Salud mental: fortalecer nuestra respuesta. Disponible en: https://www.who.int/es/news-room/fact-sheets/detail/mental-health-strengthening-our-response